martes, 20 de octubre de 2009

Envidia y Celos





Puede que se halla hablado mucho de estas palabras. Talvez las hemos escuchado en diferentes y distintos lugares por eso se nos parecen conocidas (no vamos a decir aquí que talvez alguno

s de nosotros las tuvimos en nuestros pensamientos ¿no?). Parecen ser sinónimas pero no lo son. Tienen sus diferencias es que “envidia” mira con intención maliciosa los atributos de “celos”, y “celos” a veces teme perder la popularidad entre los suyos

a causa de que “envidia” le hace competencia. Esta fue una fo

rma de definirlas, en verdad esto son:

  1. Envidia: es el dolor que nos causa el que otro tenga lo que nosotros no tenemos. Mirar con mala intención, de forma maliciosa. Ardor, fervor, enrojecimiento del rostro. Recuerdo algunos de mis rostros, y me pongo rojo ¿Habrá sido envidia?

2. Celo: Temor producido por la creencia de que se va ha perder algo. Algunos bebe muestran su celo hacia a la mamá, porque temen perder la atención de estas.

Ya aclaradas estas palabras que conviven entre nosotros

vamos a continuar, con los efectos que estas pueden producir en nuestras vidas.

Historias reales, hombres con envidia

Cuenta la historia de dos hermanos que dieron diferentes cosas a Dios, uno de ellos fu

e mirado con agrado y el otro no. En el segundo esto produjo malos pensamientos hacia su hermano, empezó a verlo con ojos violentos. Pese al consejo de Dios, de que era capaz de dominar estos pensamientos que lo acechaban y que el pecado estaba detrás de él, no hizo caso. En cierta ocasión como quien espera atacar a alguien de sorpresa mato a su hermano.

Esta es o

tra historia no muy diferente a las intenciones de estos integrantes envidiosos y celosos. Un rey y un joven. El joven mato a un gigante, el rey en su banca. Volvieron de este suceso, y le esperaban para recibir

los unas mujeres que exclaman la victoria gigantesca del joven, en contraste a la del rey. No paso mucho tiempo y el rey sintió celos d

e perder su reinado, tuvo envidia de la popularidad del joven, e intento matarlo. Estas son historias reales, situacione

s que vivieron dos jóvenes Abel, muerto a manos de su hermano Génesis 4:8, David vivió pero casi, casi Saúl el rey lo mata ensartado en la pared con una lanza en la pared de no ser por su buena cintura 1 de Samuel 19:10.

Estas son historias que en la actualidad seguimos viviendo gente que por su envidi

a y celos a intentado matar, pelear y destruir a fin de consegu

ir lo que el otro tiene o perder lo que es de uno. Esto trae la envidia, violencia, muerte, destrucción, soledad, y los celos no se quedan atrás sino que acompañan con desconfianza, temores y miedos.

¿Qué estoy mirando?

Puedes que mires a tu alrededor y digas si, a mi me tienen envidia. ¿Pero cuantas veces hemos tenido envidia y celos de otro? ¿No se nos ha cruzado hacer la de Caín agarrar a palos a mi hermano porque recibió mas amor de mis padres, o talvez se le compro las zapatillas, o el celular que le gustaba? ¿Nunca pensamos en ensarta como Saúl un palo a la rueda de la bicicleta nueva de mi vecino, o en la rueda de su moto? ¿Nunca deseamos lo del otro, nunca miramos como el otro tuvo sin trabajar, lo que nosotros queríamos? ¿No pensamos y temimos por perder nuestras amistades por la popularidad del chico nuevo de nuestro grado? Miramos mucho lo que tiene el otro, mucho mas de lo necesario, y allí vienen estos pensamientos que solo intentan tomar nuestro corazón de envidia y celos para luego secarlo, porque hasta enfermedades traen pensar en esto. Mente sana en cuerpo sano; por eso la envidia te destruye por completo. (TLA) Pro 14:30.

Cosquillas en el cuerpo

Es sorprendente lo que puede causar la envidia y los celos en nosotros. Nos preguntamos esto solo nos sucede a nosotros? No sucede en todos lados, aun en las iglesias. Es vergonzoso pero verdadero, celos por el hermano, envidia por el líder de alabanza, celos por el líder de jóvenes, y un montón de cosas mas. Empieza en nosotros como un simple cosquilleo, seguido de una sonrisa fingida por el logro de otro y termina queriendo destruirlo todo. Quien les habla, mejor dicho quien escribe ha tenido de estas cosquillas, ha reído forzosamente, ha bendecido de igual forma muchas veces. Uno también a caído, pero Dios se las arreglado y se las arregla para que no suceda otra vez. Jesús sano a quienes se consideraban enfermos. Prefiero sentir un par de cosquillas e ir hablar con Él de esto, a matar a alguien o enfermar. Esto nos señala y nos invita a lo siguiente ¿Hay solución a esto?

¡¡¡Dios te dio algo!!!

Como comentábamos a veces miramos demasiado lo que el otro tiene, lo que el otro recibe, lo que gana y más. Esto nos hace perder la mirada y terminamos haciendo el mal. Puede ser que no conozcas a Dios, puede ser que no hayas vivido un verdadero amor, el de Dios. Esto es sorpr

endente porque Dios el Hijo no tuvo celos del amor de Dios el Padre, por esto vino a salvarnos para que el amor del Padre sea para con nosotros también, si para ti también. Jesús el Hijo de Dios no tuvo, ni tiene envidia de ti, ni de nosotros. El dijo Ciertamente les aseguro que el que cree en mí las obras que yo hago también él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre. (NVI) Juan 14:12. Estas son palabras de alguien que no tiene envidia, ni celos, porque el verdadero amor echa fuera todo temor. Jesús nos amo en la Cruz. Para nuestro Dios no hay lugar para la envidia, ni los celos, porque esto es pecado. Estos son productos que nuestra cuerpo hace para mal. Así que cuando actuamos así estamos errando al blanco, pero como acertar, como hacer que esto deje de ser. La respuesta esta en lo

que Dios te ha dado, a pesar de que no conozcas a Dios, el es tu creador, y tu su creación, y al formarte te dio algo especial, difícil es que lo descubras por si solo, conoce y acepta a Dios y de forma segura te dirá lo que te dio. A nosotros nos dio de su abundante amor, porque Dios nos mezquina, sino da en abundancia, vida abundante, esperanza, gracia y misericordia entre las principales, aparte de otras cosas que son materiales y necesarias. La solución es mirar todo lo que Dios te ha dado. Sino lo haz hecho pide a Dios que ilumine con la luz de Cristo, para que su Espíritu Santo te diga al oído lo que le dijo a David:

¡¡¡Mi copa esta rebosando!!! Salm

o 23:5

No mires la copa del otro, mira tu copa. Dios la quiere llenar hasta que rebose. Dios te dio y te quiere dar en abundancia, para que puedas decir al igual que David.

¡¡¡Mi copa esta rebosando!!!

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